lunes, 20 de agosto de 2018

Escritores rumanos en España entre añoranza y huida para continuar a imaginar

Autor: Giovanni Ercolani, PhD, FRAI,
Social Anthropologist and Security Studies Expert

Estas breves notas que aquí se presentan podrían transformarse en un trabajo mas ancho que analizara la producción artística de emigrantes extranjeros en España.
España siempre ha sido, por su historia, su cultura, y su idioma un país de mestizaje, donde esta mezcla, que todavía continua, ha producido y continúa produciendo formulas de vidas que tendrían que adaptarse al mundo que cambia.
Romanía, en su manera, parece a España en esta obra de mestizaje. España mira hacia el Atlántico y su esencia se fue mas para allá, hasta desembarcar en tierras indias y producir, con este contactos humanos nuevas formulas culturales y lingüísticas; Romanía, con su alma latina, se halla entre el Mar Negro que mira hacia Rusia y Turquía, y unos confines terrestres que saben al difunto Imperio Austro-Hungriaco, y rodeados por el alfabeto griego y cirílico. Y esto se refleja en su particular idioma tan rico como puede ser de un país que siempre ha sido un área de paso. Ambos países, por sus riquezas, pueden solo definirse de forma lingüísticas porque todas formas de reducir sus identidades en esquemas simples fracasa.
Para muchos rumanos, la ruta para el ‘Atlántico’, para el Oeste, ha pasado por Italia, Francia, hasta llegar hasta España. Esta ruta es lo contrario del conocido y romántico viaje del ‘Orient Express’ que llenabas paginas de recuerdos de viajeros europeos hambrientos de orientalismo.
Esta ruta de Romanía hacia España que querido llamarla ‘España Express’ y esto en homenaje de la obra teatral ‘Occidental Express’ del dramaturgo rumano Matei Visniec. Como en la obra teatral, este viaje hacia el Occidente esta lleno de expectativas, de sueños, de esperanza, y con el tiempo se ha convertido en una línea de comunicación donde las personas y los productos entre los dos países conversan cotidianamente. Productos rumanos llegan a las diásporas en España y productos españoles llenan las bolsas de los viajeros rumanos cuando se van a ver sus familias durante los periodos de vacaciones. Todo esto lo he visto y experimentado con mis experiencias de vida, yo Italiano, y que conozco a Romanía y a España
Es esta idea del ‘Occidental-España Express’ y gracia a mi amiga Lumi, que he tenido la posibilidad de acercarme a un grupo de escritores rumanos que viven en España, a través la ‘Unión “Lucian Blaga” de escritores y artistas rumanos en España’ y conocido a Cornel Drinovan, Marin Trasca, Sorin Balascau, Ovidiu Constantin Cornila, y Marian Vlad, y fuera de este grupo a Liana Manzat. En su conjunto ellos se han transformados en mi informantes de referencia para esta entusiasmante aventura, en la que me han hecho participe de sus experiencias de vida.
Estas experiencias de vida han sido enmarcadas en cuatro puntos donde el primero es el símbolo del viaje de la esperanza, el ‘España Express’, el segundo es el concepto de la palabra rumana ‘dor’ (dolor, pero al mismo tiempo la idea del dolor para alguien que ha muerto; es un trauma), el tercero el concepto de huérfanos, y el ultimo la idea de escapar.
Como antropólogo trabajo con el concepto de cultura y de identidad, y aquí me he enfrentado a un caso interesante de gente que por diferentes razones se han movido en España y con el tiempo han madurado una metamorfosis en la que sus propias identidades se han quedado en el medio del camino. Con el tiempo parte de su identidad rumana se ha quedado atrás y la otra, nueva, la identidad española ha ganado presencia en sus almas, sueños, y lenguaje.
Cornel escribe de literatura, de critica literaria y arte; Marin prosa, poesía y editoriales; Sorin poemas, pensamientos, periodismo y prosa; Ovidiu poemas, artículos, narrativa poemática; Mariana poesía y de vez en cuando prosa; mientra que Liana escribe novelas.
Para todos ellos el verbo escribir es un verbo que se traduce en trazar signos, signos de una presencia física, de una presencia que quiere expresar su vida, su voz. Es esta voz, que utiliza el rumano y el español, que quiere ser oída y escuchada que une las experiencias distintas que he encontrado en esta aventura.
Para estos rumanos, que se consideran y los consideras escritores, escribir es una necesidad de comunicar, es la vida, es expresar el propio punto de vista sobre el mundo y que hace que se sienta mejor, es una necesidad interior, fruto de inspiración, es materializar lo inmaterial de uno mismo, y porque es una forma de sentirse útil. Entonces esto escribir es una senas de identidad, que se libra de las cadenas lingüísticas, porque si Cornel, Marin, Sorin, Ovidiu, y Liana prefieren quedarse con el rumano (por razones mas practicas, en el sentido con este idioma puede expresarse mejor, y entonces ser entendidos mejor por sus lectores), la experiencia de Mariana es distinta. Ella ha cruzado una línea, y en este nuevo territorio de su alma, su alma expresa sus sentimientos, emociones, su vida cotidiana, a través del español.
Entonces, la pregunta sencilla que viene a mi mente es ‘para quien escribes?’ cual es tu lector modelo? El hecho de escribir en rumano ya hace que el producto literario sea dirigido a un publico de habla rumana, no solo para los rumano en Rumania sino también para la gran diáspora rumana en el mundo. Mariana, rompe este círculo hermenéutico utilizando el español, y este idioma le ofrece un billete para otro mundo. Pero ambas experiencias (de los que escriben en rumano y en español) se unen en el momento de presentar al lector sus experiencias de vida vivida al extranjero.
Todos estos escritores han dejado atrás miembros de familias, recuerdos, amores, raíces, pero también la pobreza de un país que salía de forma dramática de un gobierno totalitario.
Cornel me dice que, entre muchas cosas, ha dejado atrás ‘el agua’, Mari ‘para encontrar una oportunidad para ser yo mismo, y la fuerza de entregar mis sueños’, Sorin ha dejado atrás ‘un mundo’, Ovidiu ‘familia, trabajo, sueños, y a mi’, Mariana ha dejado ‘lagrimas, preocupaciones y tristeza’, y Liana ‘otra hija, una nieta, hermanas, hermanos, mi padre, mi pasado’.
Este viaje hacia la esperanza de una nueva vida en España ha sido un corte, que como un navajada ha cortado de forma bruta un pasado que no se puede olvidar, es un pasado que es una cicatriz abierta que continua a doler.
Y este dolor es el segundo elemento que emerge de mi encuentro con estos escritores, y es un dolor que no se borra, que esta siempre presente en sus vidas. Todavía Romanía representa para ellos ‘la casa’, esta presente físicamente como un amor incondicionado, el centro del corazón, o sino representa una árbol donde las ramas y los frutos están en España.
Al mismo tiempo, el los momentos pasados juntos en un bar de Madrid, con Cornel, Marin y Ovidu me entere de cómo la cultura oficial rumana no se interesa a ellos, como su fueran una presencia de invisibles, como si la producción artística de la diáspora podría representar una amenaza y una critica a la ‘cultura’ oficial rumana. Y esto es una lastima. Una cultura así, como la producida en en nuevo mundo de los rumanos (una geopolítica no-oficial de la política extranjera rumana), al no ser escuchada es un escándalo. Así que el tercer elemento aparece, estos escritores se siente huérfanos, quieren ser reconocidos por los mismos órganos oficiales rumanos pero son invisibles, los hacen invisibles.
Y el ‘España Express’ al final representa el medio para escapar, para huir en un lugar donde se pueda encontrar y actuar la acción gratificante: ser el mismo. Más que España, que ha ofrecido muchos a ellos, la posición de estos escritores es la de unos viajeros entre un destino y el otro. En este tren ellos pueden mantener su imaginación, producir sueños fueras de automatismos culturales. Este tren se transforma en un espacio metafísico del alma. Es una gratificación imaginaria pero este comportamiento de huida es el único que les permite de mantener un equilibrio físico y psíquico que se desarrolla a pesar de los problemas cotidianos. Mantenerse en este tren es una forma de revuelta. Al final se forma con la curiosidad y la experiencia una mente multicultural y un mestizaje que produce nuevas formas expresivas. Lo que estamos viendo ahora con esta experiencia de estos escritores rumanos es el seme de una transformación antropológica no solo de una diáspora pero del mundo. Al final también nuestro planeta es como un tren que viaja en el universo, lo importante es darse cuenta que somos todos viajeros.

viernes, 6 de octubre de 2017

Monastirea Argeșului"- balada / El maestro Manole - arte, amor y sacrificio

Catedrala Curtea de Argeș

 Creación entre 1862 – 1884 (cf. Emanuel Bădescu, "Franz Duschek", en "Magazin Istoric", March 2009, p.74-76)

"Monastirea Argeșului" ("El monasterio de Argeș") es una poesía popular perteneciente al folclore rumano. Representa una meditación acerca del acto creador y su relación con los poderes espirituales, así como sobre la institución del matrimonio. La obra destaca por la presencia de varios motivos folclóricos: el motivo del muro abandonado, de la construcción que se derrumba cada noche, de la trashumancia, del sueño, del destino, de la mujer emparedada, del pozo.
El Monasterio de Argeș es una balada popular que desarrolla uno de sus mitos esenciales, es decir, el mito estético.
El nuevo mito estético -que constituye una respuesta racional a uno de los problemas fundamentales de la existencia del hombre- nos lleva a atribuir no sólo el esfuerzo creativo, sino también el sufrimiento humano embebido en la obra de arte. El más valioso de los constructores vive no sólo el drama de la creación de la esposa, sino también el de la indiferencia del gobernante hacia su propia persona. Los acontecimientos épicos explican por qué el mito estético, en estrecha dependencia del tema de la balada, añade la razón del conflicto entre el artista y el gobernante, este último simbolizando la clase dominante (feudalismo) de una cierta época histórica. Considerada en su sentido más profundo, la balada de Manole es la expresión artística más popular de la alabanza del espíritu creador, la diligencia del pueblo de estas tierras, dotada de todos los talentos y de un amor sin fin a la belleza. La imagen artística que nos da la balada de Manole es una manera de expresar la creencia popular de que la vida sólo adquiere un significado a través de los hechos y de las creencias de los hombres. Es una conclusión no sólo de la sensibilidad y la intuición artística, sino también de la experiencia humana y la inteligencia.
El tema es generado por una superstición que, para soportar cualquier construcción debe tener una fundación construida sobre los cimientos.
"Monasterio de Argeș" es al mismo tiempo una balada y una leyenda. Es una balada porque está construida en un poema narrativo, con elementos descriptivos-líricos, que desarrolla un tema fantástico, presenta un héroe excepcional con un destino impresionante.
Es una leyenda porque explica en la visión popular la aparición de un monumento arquitectónico: la iglesia del monasterio de Curtea de Argeș, construida bajo el reinado de Neagoe Basarab, entre 1512 y 1517.

Estátua de Neagoe Basarab - Curtea de Argeș

Fuente foto: Internet

El dueño rumano Negru-Vodă baja por la orilla del río Argeș junto con diez maestros en la construcción, de los cuales destaca el Maestro Manole. Su propósito es encontrar un sitio adecuado para edificar un gran monasterio, que serviría para la conmemoración.
Fuente foto: Emil Chendea

En su camino se encuentran con un pastor y Negru-Vodă le pregunta si ha visto algún muro sin terminar. El pastor responde que sí ha visto un muro abandonado, y los perros que lo ven se vuelven furiosos y ladran con sonidos funestos. El dueño elige ese lugar para la construcción del monasterio y promete a los maestros que si saldrá bien, a ellos les hará "boieri" (nobles), pero si no conseguirán construir el monasterio morirán encasillados en el fundamento.

Mănăstirea Curtea de Argeș, 1907

 Los maestros empiezan a trabajar, pero cada noche se derrumba todo lo que han construido durante el día. Manole se cansa de trabajar y se pone a dormir y tiene un sueño en el cual "un murmullo desde arriba" le dice que la construcción se derrumbará en cada noche si no será encasillada la primera esposa o hermana que viene a los maestros para traerles comida. Los maestros deciden intentar esto y juran respetar su pacto.
La mañana siguiente Manole sube sobre el andamio y ve acercándose a su mujer con la comida. Entonces pide a Dios una lluvia grande que haga volver a su mujer de su camino. Dios escucha su rezo y empieza una lluvia, pero no consigue parar a la mujer de Manole. Entonces Manole pide a Dios que haga soplar un viento muy fuerte, pero esto tampoco impide a la mujer. Entonces Manole se ve obligado de encasillar a su mujer, que además estaba embarazada, diciéndole que es solo un juego.
Fuente foto: Emil Chendea

Aunque al final su mujer se da cuenta de las intenciones de los maestros y le pide ayuda a su marido, éste, aunque "turbando", continúa su trabajo.

Interior Mănăstirea Curtea de Argeș
 Fuente foto: Țetcu Mircea Rareș - Operă proprie

Cuando Negru-Vodă viene a ver lo que habían hecho los maestros, se queda contento con el trabajo y les pregunta si podrían construir un monasterio incluso "más hermoso y más luminoso". Estos, menos Manole, responden con gran soberbia que sí y que no hay maestros más grandes que ellos en el mundo, y son por esto castigados a morir sobre los andamios.
Fuente foto: Emil Chendea

Entonces intentan construirse alas con chillas de poco peso, pero al intentar volar con ellas, se vienen abajo y mueren. Manole, que todavía puede escuchar los gritos desesperados de su mujer, intenta hacer lo mismo, pero pierde la conciencia y muere de la misma manera que los demás maestros, y ahí donde muere se hace un pozo poco profundo y con agua salada, "un pozo de lágrimas".


El notable valor de la balada de Manole reside en el drama del artista que, para llevar a cabo su obra, sacrifica a su ser más cercano y amado. Los versos en los que se invocan las fuerzas de la naturaleza para darle la vuelta, y la fuerza con la que Ana las derrota, combinando el amor puro con la devoción desenfrenada, son, en toda su sencillez, una cumbre del lirismo popular. Junto a esto, los versos: "Su Esposa / Flor de Campo" forman un impresionante cuadro de la sensibilidad y gracia femenina. Y la separación del maestro y su esposa, en una versión diferente de la que se reproduce en el libro, es expresada en versos cariñosa y raramente encontrados:

"Manole, Manole, / Esposito mío, / Cariñito mío, / Mucho me aprieta el muro, / Me rompe el cuerpecito, / Me llora el corazoncito. / Manole escuchaba / Y se agitaba, / Desde adentros suspiraba, / Con apagada voz hablaba: / Calla, mocita mía, / Ya que Dios quiere / Junto a él llevarte / Y que nosotros terminemos / Y que acabemos / Este monasterio, / Lugar de recuerdo, / Hermoso y alto / Como no hay otro, / Como tú, hermosa / Cuando estás conmigo / Tan alto como el pensamiento / Al hacer sonar su sonido... (las campanas)".

Mănăstirea Curtea de Argeş: exterior

Fuente foto: Alexandru Baboş Albabos

Liana Mânzat
Periodista, Escritora
Rumanía/España 


Traducción en español: Alexandra-Mirela Ion

Fuente texto: Internet

https://issuu.com/jpellicer/docs/edicion61








viernes, 15 de septiembre de 2017

Nicolae Grigorescu - el color del alma rumano

 https://issuu.com/jpellicer/docs/edicion60

"De la vida de Grigorescu cuentan sus obras. Una vida sencilla, callada, poderosa, dedicada toda a su arte. Además de arte nada existe por él. Allí puso su profundo amor de la naturaleza, de sus joyas y sus misterios, maravillosas en cualquier lugar, pero en particular en su país y en el seno de su gente, allí el amor de bien, de verdad y de hermosura". ( Alexandru Vlăhuţă, escritor rumano ).

Fuente foto: Internet

El gran pintor es considerado el fundador de la pintura rumana moderna. Fue un símbolo para la nueva generación de aquella época que intentaban a sacar a la luz la verdadera cultura rumana.

Nicolae Grigorescu nace el 15 de mayo 1838 en un pueblo, Pitaru, región Dâmbovița en Rumanía, siendo el sexto niño de la familia de Ion y Maria Grigorescu.
En 1843 su padre muere y su familia decide mudarse a Bucarest.  Después de un breve periodo de aprendizaje en el taller del pintor checo Anton Chladek, realiza pinturas en las iglesias de Băicoi y en el monasterio de Căldăruşani.

Pescăriță la Grandville - ( Fuente foto: Internet )

En 1856 realiza la obra Mihai scăpând stindardul que representa al príncipe Barbu Știrbei, que fue brevemente primer ministro del Reino de Rumanía en 1927.
Para el tímido y delicado Nicu, - como firmaba sus cuadros -, su fortuna ha sido justo ese cuadro, Mihai scăpând stindardul, que estaba expuesto en una vitrina en Bucarest. El principe le ha pagado a Grigorescu cien monedas de oro por el retrato.
Pero el paso para el trabajo del joven tan modesto y talentoso ha sido inmenso. Se le piden trabajos para iglesias y todos los maestres quieren que Nicu haga las caras de los santos, que "las hace como Dios manda". Todos los abades aman al maravilloso pintor y llega Agapia, en Moldavia.

Țărancă voioasă - ( Fuente foto: Internet )

"Todas las noches soñaba ángeles y escenas religiosas. Había días cuando todo lo que hacía me parecía triste, sin vida, sin armonía; y era entonces cuando quería dejarlo todo e irme lejos. Entraba un rayo de sol y de repente se iluminaba tanto la iglesia como mi alma. En ese entonces no teníamos ningún tipo de orientación en el arte. Había un libro antiguo, con versos cirílicos, que nos daba recetas del Monte Athos para la preparación de los colores y unas aclaraciones sobre la edad, vestimenta, vida y atributos de cada santo."
Pero la fama iba por delante suya. Por tres años, Grigorescu se olvidó de la idea de ir a Paris (donde lo habían rechazado debido a su falta de estudios) y trabajó frenéticamente en la iglesia Sfinții Voievozi.
Hacia 1861, a finales del espléndido "capítulo" Agapia, se le acaba llamando "santo" Nicu, no "maestro Nicu".

 Car cu boi - ( Fuente foto: Internet )

Está remarcado por Mihail Kogălniceanu y recibe una beca en París.
En el otoño de 1861 se va a París donde entra a L'ecole de belle arte y asiste a clases en el taller del pintor Sebastien Cornu, siendo compañero de Renoir.
A poco tiempo asiste a clases a Barbizon y vive allí. Hasta en 1877 cuando va como pintor de guerra participa a varios exposiciones en París, Roma, Napoli, Pompei, Grecia, Viena.
Entre 1879 y 1890 trabaja en sus talleres de Bretagne la Vitré y luego de París.

"La naturaleza es hermosa en todos lados, pero mi país es solo uno", ha dicho Nicolae Grigorescu, hijo de un simple pueblerino y vuelve a casa.
Desde 1890 se va a vivir a Câmpina en el distrito de Prahova donde realiza muchas obras inspiradas de la vida rural, cuadros con campesinas, bueyes, caminos llenos de polvo.
En 1899 está nombrado miembro honorario de la Academia rumana.

"Es el sentimiento el que colorea, no el pincel. Puedes colorear con un trocito de carbón, y todos los tubos del mundo no son capaces de darte el azul de una flor de linaza si no lo tienes en tu alma."

Autoportret, Nicolae Grigorescu - ( Fuente foto: Internet )

Hace también pinturas de guerra, yendo al campo de batalla de Grivița y Rahova para dibujar y hacer bocetos, que más tarde se convertirían en la base de unas composiciones. "Atacul de la Smârdan" impresiona a todo el mundo. "Nuestros soldados son valientes y juro que me apetecía venir a dibujar aquí, en este baño de fuego... [...] Podría pasar que quedara algo de mi obra que recordara más tarde al mundo entero que el soldado rumano no protestó ni ante las balas, ni ante la polenta."

Atacul de la Smârdan - ( Fuente foto: Internet )

El 21 de julio de 1907 moriría en su casa de Câmpina dejado su último cuadro Întoarcerea de la bâlci sin acabar.
Decía el gran pintor: "La flor tiene que ser delicada, no frágil. Y húmeda y limpia, blanda, recién coloreada, para conservar en el lienzo y la luz, también la savia. Y esto no se hace solo con la pintura del tubo”.

Autoportret, Nicolae Grigorescu - ( Fuente foto: Internet )

Fuentes artículo: Internet
Fuentes fotos: Internet

Liana Mânzat,
Periodista, Escritora
( Rumanía/España )
Traducción: Alexandra-Mirela Ion







lunes, 7 de agosto de 2017

Ion Creangă

Fuente fotografía: Andrei Stroe
 https://issuu.com/jpellicer/docs/edicion59

Ion Creangă nació, según lo que dijo él, el primer día del mes de marzo del año 1837 en Humulești, Principado de Moldavia, Rumanía.
La verdad es que se desconoce la fecha exacta del nacimiento del autor rumano.

Desde 1855 hasta el 1859 realiza los cursos del seminario, y después, consiguiendo el diploma, vuelve a su pueblo natal. Se casa más tarde en Iași con Ileana, la hija del cura Ioan Grigoriu de la iglesia Sfinții 40 de Mucenici en Iași, convirtiéndose en diácono de la misma (26 de diciembre de 1859).
El 19 de diciembre de 1860 nace su hijo Constantin.
En 1864, Creangă entra en la Academia Vasiliana de Trei Ierarhi, donde tuvo como maestro a Titu Maiorescu. Éste lo aprecia mucho y lo nombra educador en la Escuela Primaria nº 1 de Iaşi.
Tras 12 años siendo maestro y diácono en diferentes iglesias de Iaşi, es excluido definitivamente del clero (10 de octubre 1872), debido a que abandonó a su mujer, disparó con una escopeta a las cornejas que ensuciaban la Iglesia Golia y se cortó el pelo como un profano, cosas consideradas incompatibles con el estatuto de diácono. (En 1993 fue readmitido post mortem en el clero). Tras la exclusión del clero, el ministro Tell lo destituye también del puesto de maestro, pero la llegada de Titu Maiorescu al Ministerio contribuye a su vuelta a ese puesto. Ha colaborado en la elaboración de cuatro libros escolares, entre los cuales se encuentra también un “Abecedario” (1868).

En 1873 acaba su proceso de divorcio y su hijo de 12 años se le entrega a él. Buscando una casa en la que mudarse, eligió una vivienda en la barriada Ţicău. ( en la foto )
 
Fuente fotografía: Andrei Stroe

En 1875 conoce a Mihai Eminescu, siendo hasta hoy el genio de la poesía rumana, que en ese entonces era inspector escolar en Iaşi y Vaslui, con el que entabla amistad. Entre 1875 y 1883, a insistencias del poeta, escribe sus obras más importantes.

Ion Creangă forma parte, junto con otros autores, del realismo literario.
Considerado una figura prominente de la “primera promoción de los campesinos”, Creangă deleita incluso a día de hoy con su encanto dialéctico en el que escribió su obra entera que abarca anécdotas, literatura infantil, erótica, fábulas, cuentos, fantasía, lírica, memorias, novela, sátira, boceto literario.

Escritor, teólogo, autor de libros de texto escolares, poeta, político, Ion Creangă es un “dramaturgo disfrazado de escritor”, un monologuista, siendo su idioma en verdad el idioma de los héroes”, según el crítico George Călinescu en ”Istoria literaturii române”.

El poder del autor Ion Creangă de crear personajes sobretodo en el sentido de la autenticidad, se observa especialmente en “Amintiri din copilărie”, siendo todo arrancado de la vida cotidiana, real, “los hechos descritos siendo auténticos pero típicos, sin profundidad”, citando al crítico G. Călinescu.
En los cuentos todo es simbólico y universal, Ion Creangă utiliza los mismos procedimientos que La Fontaine, siendo los animales representados mediante símbolos-caricaturas con rasgos morales humanos.
En la novela se muestran observaciones morales milenarias, ya que en “Soacra cu trei nurori” aparece el eterno conflicto entre la nuera y la suegra; el cuento “Capra cu trei iezi” remarca el amor materno, “Dănilă Prepeleac” muestra que “el tonto tiene suerte”, ”Punguța cu doi bani” nos cuenta sobre las parejas de ancianos que ya no se entienden, encontrándose siempre con conflictos, “Povestea porcului” habla del poder del amor de una madre que ve a su hijo como a un “Príncipe Azul”, sin importar cómo sea él en realidad.

La obra representativa del escritor, “Amintiri din copilărie” nos cuenta sobre el destino de un hijo de un pueblerino, un niño cualquiera que probablemente seguirá el mismo camino en la vida que los que se la han dado, sin nada espectacular, nada fuera de lo común, todo establecido desde antes según leyes y reglas estrictas hechas para mantener en equilibrio un mundo, el mundo del hombre simple y su lazo con la tierra, con los seres vivos que lo rodean, con su casa, su familia, sus costumbres y tradiciones, valores heredados desde los principios.

“Todo lo que normalmente es trascendente en el cuento, Creangă trae a la tierra y lo encoge, incluso Dios y el San Pedro parecen ser de Humulești”, afirma G. Călinescu en el análisis de la obra del gran escritor rumano, que hasta el día de hoy sigue siendo un referente en la historia de la literatura rumana y del cual lenguaje limpio, el habla simple y expresiones pueblerinas le han traído el nombre de “autor poporal”.
Los personajes de Ion Creangă tienen un habla simple, sin importar si son hombres corrientes o emperadores, burgueses.

Como Anton Pann, pero con más espontaneidad, Creangă nos trae en sus obras mucho léxico pueblerino, pero especialmente proverbios, refranes, que constituyen sus supuestos pueblerismos. El placer que despierta el escuchar sus obras es de refinamiento erudito y para nada de orden folclorista, y su comparación con Rabelais, Sterne y Anatole France, por muy paradoxal que pueda parecer, es legítima. El prejuicio de que el autor libresco tiene que ser obligatoriamente un humanista hace que Creangă sea difícilmente admitido como erudita, haciendo olvidar que existe una ciencia oral, que puede ofrecer los mismos citados que los libros.” (G. Călinescu - ”Istoria literaturii române”).
 
Fuente fotografía: Internet (Imágen de Ion Creangă en una estampilla, en la República de Moldavia).

El escritor Ion Creangă muere el 31 de diciembre de 1889, en su casa de la barriada Ţicău. Es enterrado el 2 de enero de 1890 en el cementerio Eternitatea de Iaşi.

Liana Mânzat
Periodista – Escritora
Traducción: Alexandra-Mirela Ion
(Rumanía/España)

Fuentes: George Călinescu, ”Istoria literaturii române”
Internet